domingo, 18 de marzo de 2012


Símbolos Patrios

Los símbolos patrios, parte esencial de la identidad nacional, aquellos que no sólo están por estar sino que tienen una historia y aún más un por qué…
Un símbolo patrio es una imagen con la que materialmente se representa a una Nación: Bandera, Escudo e Himno Nacionales, no es algo que simbolice una abstracción, sino que representa a personas concretas. ¡En un símbolo patrio estás tú porque eres parte fundamental de la nación.

El 24 de febrero de 1984 entró en vigor la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, donde están expresadas sus características, difusión, uso, respeto y honor hacia ellos.

Escudo Nacional
El Art. 2 de la citada ley dice: “El escudo Nacional está constituido por un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto (1), la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho (2) y ligeramente desplegadas en actitud de combate (3); con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la cola (4) y las plumas de ésta en abanico natural (5). Posada su garra izquierda (6) sobre un nopal florecido (7) que nace en una peña (8) que emerge de un lago (9), sujeta con la derecha (10) y con el pico (11), en actitud de devorar, a una serpiente curvada (12), de modo que armonice con el conjunto. Varias pencas del nopal se ramifican a los lados (13). Dos ramas, una de encino (14) al frente del águila y otra de laurel (15) al lado opuesto, forman entre ambas un semicírculo inferior y se unen por medio de un listón dividido en tres franjas (16) que, cuando se representa el Escudo Nacional en colores naturales, corresponden a los de la Bandera Nacional”.


El Escudo Nacional, además de formar parte de la Bandera, puede ser utilizado en los siguientes casos:

ü  Monedas y medallas oficiales y sellos.
ü  La papelería oficial de las dependencias de los poderes federales, estatales y municipales.
ü  En los vehículos que usa el presidente de la República.

 La leyenda narra que los Aztecas vivían tranquilos en Aztlán, cuando su Dios principal llamado "Huitzilopochtli" habló con los sacerdotes y les dijo que tenían que abandonar Aztlán para buscar una tierra nueva donde tendrían riquezas, poder y donde nacería un nuevo pueblo; y que cuando encontraran un águila posando en un nopal devorando una serpiente habían llegado a la tierra prometida; después de aproximadamente 302 años encontraron la señal y ahí fundaron Tenochtitlan y así, este acontecimiento es considerado como la fundación de México, y por su importancia se adoptó como símbolo del Escudo Nacional. El actual diseño del escudo fue creado por Francisco Eppens Helguera y aprobado por el Presidente Gustavo Díaz Ordaz

La Bandera

Según el artículo tercero de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, “La Bandera Nacional consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas, con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo. En la franja blanca y al centro, tiene el Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes del ancho de dicha franja. La proporción entre anchura y longitud de la bandera, es de cuatro a siete.
Para poder destruir una réplica de la Bandera Nacional, se debe hacer mediante la incineración, y siempre con respeto.

Significado actual de los colores:
Ø  Verde: Esperanza.
Ø  Blanco: Unidad.
Ø  Rojo: La sangre de los héroes.


Himno Nacional

La historia del Himno Nacional data de 1853, cuando el entonces oficial mayor del Ministerio de Fomento, Miguel Lerdo de Tejada, convocó oficialmente a compositores para elaborar un himno que representase a todos los mexicanos. Fue el potosino Francisco González Bocanegra (1824-1861), quien en 1854, a sus 30 años de edad, ganó el certamen, siendo presidente de la República Santa Anna. El himno compuesto por González Bocanegra expresa el valor del pueblo mexicano, su soberanía y el amor que deben tener a la Patria. La musicalización del Himno Nacional estuvo a cargo de Jaime Nunó (1824-1908), músico español y amigo de Santa Anna, quien lo puso al frente de las bandas militares mexicanas.
La letra oficial actual del Himno Nacional Mexicano, vigente desde el 24 de febrero de 1984, así como su música están establecidas en los Arts. 57 y 58, respectivamente, de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.
En su Art. 42, dicha ley establece que “El Himno Nacional sólo se ejecutará total o parcialmente, en actos solemnes de carácter oficial, cívico, cultural, escolar o deportivo, y para rendir honores tanto a la Bandera Nacional como al presidente de la República. En estos dos últimos casos, se ejecutará la música del coro, de la primera estrofa y se terminará con la repetición de la del coro”.

LETRA OFICIAL:


(Coro)
Mexicanos, al grito de guerra    
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
I
Ciña ¡oh patria! Tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡oh patria querida! Que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.
I I
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la patria manchar los blasones!
¡Guerra, guerra! Los patrios pendones
En las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle,
Los cañones horrísonos truenen
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de ¡unión! ¡Libertad!

I I I
Antes, patria, que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campiñas con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
Se derrumben con hórrido estruendo,
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la patria aquí fue.
IV
¡Patria! ¡Patria! Tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!



VERSIÓN ORIGINAL:

(Coro)
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
I
Ciña ¡oh patria! Tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡oh patria querida! Que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.
I I
En sangrientos combates los viste
Por tu amor palpitando sus senos,
Arrostrar la metralla serenos,
Y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas,
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo, tu frente,
Volverán inmortales a ornar.
I I I
Como al golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente
La discordia vencida, impotente,
A los pies del arcángel cayó.
Ya no más de tus hijos la sangre
Se derrame en contienda de hermanos;
Solo encuentre el acero en tus manos
Quien tu nombre sagrado insultó.
IV
Del guerrero inmortal de zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendón tricolor.
El será del feliz mexicano
En la paz y en la guerra el caudillo,
Porque el supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.
V
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la patria manchar los blasones!
¡Guerra, guerra! Los patrios pendones
En las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle,
Los cañones horrísonos truenen
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!.
VI
Antes, Patria, que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campiñas con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
Se derrumben con hórrido estruendo,
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la patria aquí fue.
V I I
Si a la lid contra hueste enemiga
Nos convoca la trompa guerrera,
De Iturbide la sacra bandera
¡Mexicanos! Valientes seguid.
Y a los fieros bridones les sirvan
Las vencidas enseñas de alfombra:
Los laureles del triunfo den sombra
A la frente del bravo adalid.
V I I I
Vuelva altivo a los patrios hogares
El guerrero a contar su victoria,
Ostentando las palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornáranse sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mirtos y rosas,
Que el amor de las hijas y esposas
También sabe a los bravos premiar.
IX
Y el que al golpe de ardiente metralla
De la patria en las aras sucumba
Obtendrá en recompensa una tumba
Donde brille de gloria la luz.
Y de iguala la enseña querida
A su espada sangrienta enlazada,
De laurel inmortal coronada,
Formará de su fosa la cruz.
X
¡Patria! ¡Patria! Tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva;
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria;
¡Un sepulcro para ellos de honor!.


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